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1.- Estados Unidos.
Esperando el eclipse El 21 de agosto del año próximo se podrá observar desde suelo norteamericano un eclipse total de sol. Hay variedad para elegir, ya que el fenómeno será visible desde muchas ciudades, incluyendo Nueva York y Washington, donde se espera el punto máximo del eclipse en torno a las tres de la tarde.
También se apreciará desde Seattle, Los Angeles y Las Vegas (en la ciudad de los casinos, el horario de mayor visibilidad será entre las 10 y las 11 de la mañana). Varios operadores turísticos ya organizan viajes especiales dedicados a la observación del espectáculo astronómico.
2.- Finlandia. Auroras boreales seguras
Al encanto del paisaje extremo del norte de Europa se suma la magia de la aurora boreal. La región de Laponia, en el extremo septentrional del continente, está entre los mejores destinos para descubrir ese fenómeno celeste sin igual. ¿La mejor temporada? Se recomienda el otoño e invierno, entre octubre y abril. Es entonces cuando las bajas temperaturas aumentan la transparencia de la atmósfera y garantizan las mejores condiciones de observación. Vale recordar que la aurora boreal se produce todo el año, pero sólo se aprecia en plena oscuridad, en lugares sin contaminación luminosa. Además de Escandinavia, se las puede ver en Groenlandia, Rusia, Alaska y el norte de Canadá.
3.- Islas Canarias. Playas y también observatorios
Tenerife es uno de los destinos más populares de España. La isla ofrece playa y estrellas por igual: ahí se encuentra el Observatorio del Teide, propiedad del Instituto de Astrofísica de Canarias, que constituye -junto con el del Roque de los Muchachos de La Palma- el European Northern Observatory (ENO). Allí hay telescopios e instrumentos de más de 60 instituciones de 19 países. Se encuentra a 2400 metros de altura, al lado del Parque Nacional: curiosamente, la humedad oceánica forma una nube de baja altura que cubre las luces costeras y permite explorar el cielo con tranquilidad.
4.- Cáucaso. Un poco más cerca
La cadena montañosa que separa Europa de Asia parece haber sido creada para observar el cielo. Se dice que desde el monte Kazbeck (en la frontera entre Georgia y Rusia) y desde la región de Svanetia (donde no hay humedad que alcance a perturbar la diafanidad) los astros parecen esculpidos en la bóveda celeste. Pero al mirar hacia abajo hay mucho más para descubrir, todo un mundo de pueblos medievales diseminados en el paisaje caucásico.
5.- Chile. El cielo más límpido
Los cielos de Atacama están entre los más límpidos del mundo. El árido norte del país, donde se encuentra el desierto más seco del planeta, dispone de numerosos observatorios astronómicos. Al menos diez se pueden visitar y las salidas nocturnas, en compañía de astrónomos y telescopios, son cada vez más populares. Las opciones son varias, pero se pueden destacar el Observatorio Paranal (región de Antofagasta) y El Tololo (cerca de La Serena), que tienen espejos de gran diámetro. Cerca de San Pedro de Atacama, a gran altura, se encuentra el radiotelescopio más grande del mundo, el Atacama Large Millimeter Array (ALMA).
Fuente: lanacion.com.ar
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